Hola, bienvenidos a mi estudio de fotografía.
Especializada en fotografía familiar, desde el embarazo hasta la comunión, mi mundo son los niños. Y es que soy mamá de 5 hijos que me sorprenden cada día. Por eso, lo que busco en la fotografía infantil es transmitir su frescura, naturalidad y ternura, sin dejar de lado la diversión de ser niño.
He heredado esta profesión de mi padre, Vicente Garijo, que ha dedicado gran parte de su vida a su pasión, la fotografía. Él fue el primero en creer que la fotografía infantil se me daría muy bien y se ofreció a ayudarme a arrancar mi propio negocio. Al principio pensé: “¡Qué locura! ¿Ahora fotógrafa? ¿Y con cuatro hijos?”. ¡Y sin embargo aquí estamos!
Digo “ahora fotógrafa” pues he pasado por diversas profesiones. Soy bailarina de formación, tras graduarme, estuve bailando por toda España con una compañía profesional. Muchos kilómetros, muchas agujetas y mucha, mucha pasión por lo que era un trabajo maravilloso: salir al escenario, interpretar y hacer disfrutar y emocionarse al público.
Con el primer bebé “abandoné las tablas”. Y luego llegaron tres más, que llenan y completan nuestras vidas. No puedo describir la gratificación que siento al formar esta familia junto a mi marido. Aún así, siempre he tenido muchas inquietudes y no sé "estar parada".
Tras dejar la danza, colaboré en Ritta Piperita, una empresa de decoración floral, donde trabajábamos con flor preservada. Allí descubrí la pasión por emprender, la ilusión que hay en lanzar un proyecto, mimarlo y hacer que a la gente le encante.
Me di cuenta que la creatividad me acompañaba siempre en lo que hacía, que era algo natural en mí y que sea la disciplina que sea, siento siempre la necesidad de encontrar la belleza, crear para hacer disfrutar y emocionarse a la gente, como en la danza.
Entonces llegó esa charla con mi padre, que hizo que volviera a girar el timón y caminar esta vez hacia lo que es hoy mi empresa de fotografía.
Las primeras veces en el estudio todo me quedaba grande, lo preparaba todo al milímetro para que saliera bien. Yo quería hacer "LA FOTO”. Poco a poco fui formándome, avanzando técnicamente, probando y sobre todo confiando en mí misma y en mi criterio. El estudio se llenó de niños y familias, disfrutando con sus sesiones y fotografías, y fue para mí la confirmación de que estaba haciéndolo bien y que iba por el buen camino.
A día de hoy la fotografía me vuelve a permitir hacer disfrutar y emocionar a la gente. Y yo también me emociono cuando recibís vuestras fotos con mucha alegría. Disfruto mucho en el estudio, jugando con los niños, haciéndoles sorprenderse, sacándoles ese pequeño “yo” que tiene tanto que decir. Y jugando con la luz, con los colores, con los elementos. Luego también saco mi lado creativo con la edición, donde puedo afinar más la emoción que quiero transmitir, puedo inventar y jugar más con los colores, los encuadres, las intenciones. Para mí es un lujo a la vez que una necesidad; transmitir una idea, comunicarme con mi “público” a través de las fotos. Mostrar a los padres la belleza de sus hijos, vista a través de mi filtro, de mi cámara, de mi punto de vista, con el que solo quiero engrandecer esa belleza natural del niño y darle aun si cabe más valor. Y que tengan ese recuerdo tan especial que emociona cada vez que lo vemos, aunque pasen los años.
Una vez más, gracias por confiar y apoyar mi trabajo. ¡Nos vemos en el Estudio!